Aunque estaba mas que preparada para recibirlo, y dolorosamente deseosa de tenerlo dentro de mi, lancé un grito por el choque de su tamaño.
Después de un momento, él dijo;
-No cierres tus ojos. Mira hacía mí, amada. -El modo que él dijo “amada” parecía una caricia, como si él me llamara por un nombre que ningún otro hombre usaría alguna vez; antes o después. Sus colmillos estaban completamente extendidos y me estiré para pasar mi lengua sobre ellos.
extracto del libro:
Muerto para el Mundo por
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